Discurso politiquero

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Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia

jueves, 8 de noviembre de 2007

LAS EXPRESIONES MILITARISTAS


El militarismo ha evolucionado en el tiempo. De una experiencia violenta durante la guerra fría se ha transformado en un modelo con legitimación electoral pero manteniendo siempre sus valores de machismo, arbitrariedad, culto a la personalidad, intolerancia y represión.

El caso de Myanmar, denominación de Birmania dada por la dictadura militar gobernante del país desde 1962 cuando hubo una asonada dirigida por el general Ne Win para deponer al régimen nacionalista de U Nu, es patético al respecto. Allí comenzó una oscura noche que reprimió la rebelión estudiantil de 1988 y la del presente año encabezada por los monjes budistas.

Se produjo un intento de apertura formal al llamar a elecciones las cuales fueron ganadas por Aung San Suu Kyi pero la sometieron a detención domiciliaria hasta hoy para desconocer su triunfo. La hija del héroe de la independencia birmana es la opción alterna de occidente para el día en que los uniformados dejen de ser eficaces en cuanto a gobernabilidad.

Es un país congelado en la curvatura espacio-tiempo de la guerra fría. Esas dictaduras de los administradores de la violencia del Estado son del pasado porque la brutal globalización sólo puede ser aplicada con modelos representativos. La presión interna de los estudiantes, los ministros de culto budista y el pueblo en general, acicateada por la inflación y la pobreza, puede a la larga dar al traste con la Junta que dirige a la nación.

Es muy importante preguntarse sobre el soporte de la férrea gestión reinante. En el plano económico las transnacionales energéticas mantienen pingûes negocios en Myanmar. Total y Unocal, posteriormente adquirida por Chevron, tienen una exitosa relación comercial con los militares. Asimismo, los estrechos nexos con China e India les dan un respaldo político y los rusos, los vendedores de fusiles, helicópteros y aviones a Venezuela, le entregan el armamento necesario para reprimir al pueblo repitiendo a Chechenia.

De tal manera que el poder mundial le ha concedido siempre un apuntalamiento a los gobernantes de Birmania y ahora al recrudecer las protestas por la pésima situación existente es cuando manifiestan preocupación. Sin embargo, en una muestra de hipocresía Washington habla de sanciones económicas y armamentística como lo hicieron con el oprobioso apatheid surafricano. Las Naciones Unidas mandaron a un emisario para constatar los bárbaros procedimientos de los milicos asiáticos y fue un saludo a la bandera. Al final buscarán una negociación como la practicada con Pinochet para buscar una salida a la crisis.

Llama la atención la postura inerte de nuestro gobierno ante un acontecimiento tan lamentable como la persecución a los opositores al régimen birmano. Chávez opina con frecuencia sobre política internacional como sus declaraciones a favor de Hizbollah en el Líbano y del presidente iraní Amadinejah y acerca de cualquier conflicto pero guarda silencio ante sus colegas de Rangún.

Son dos expresiones de pretorianismo. La asiática, anclada en épocas pretéritas de la confrontación Este-Oeste. La venezolana, manifestación del neomilitarismo donde los oficiales de las fuerzas armadas mandan con espectáculo comicial incluido. Hay diferencias entre sus métodos, unos más cruentos que otros, pero hay afinidad en concebir a la sociedad como un cuartel donde la gente ejecuta órdenes. Todo en nombre del panóptico global que tiene asfixiada a la humanidad.

Humberto Decarli R.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que lo que plantean es un discurso más oposicionista que otra cosa, creo que deben definir posturas y no establecer una posición "NEUTRA"...Eso no existe en la condición biológica del ser humano. Otra cosa ni un solo comentario del atentado que se realizó en la Escuela de Trabajo Social muy UCVistas e Inconformes ¿NO? Lamentable